¿Qué es un OGM?

Un mundo sano se merece una comida mucho mejor

El debate actual sobre los OGM (organismos genéticamente modificados) es algo que nos concierne a todos. Especialmente en vista del posible acuerdo de la TTIP entre la UE y EE. UU., que parece abrir de par en par las puertas europeas a los productos desarrollados genéticamente.

Por «modificación genética» se entiende la manipulación selectiva de los genes (la estructura del ADN) de los organismos llevada a cabo por los seres humanos con el fin de alterar sus propiedades; por ejemplo, para que sean más resistentes a las enfermedades, tengan una vida más larga o puedan soportar mejor la sequía y obtener así un mayor rendimiento de la cosecha.

El desarrollo de estos productos OGM ha cobrado impulso porque ofrece a los fabricantes la oportunidad de ganar más dinero. También soy consciente del hecho de que para 2050 la producción de alimentos debe aumentar entre un 60 % y un 70 % para alimentar a la creciente población mundial.

Dilema en torno a los alimentos y el crecimiento de la población mundial

Es un gran dilema. Para producir alimentos a gran escala, lamentablemente, nos hemos vuelto dependientes o esclavos de la agricultura moderna. Sin embargo, varios estudios independientes muestran de forma inequívoca que el consumo de alimentos fabricados genéticamente causa graves daños a la salud a largo plazo. Mi opinión sobre la salud preventiva se basa en parte en la política agrícola europea, que no funciona.

Porque... ¿Cuál es de hecho la realidad diaria?

Los terrenos agrarios llevan demasiado tiempo empobreciéndose. El suelo está continuamente sobrecargado de trabajo. Además, se utilizan demasiado los venenos agrícolas modificados genéticamente, y hay una propagación forzada de los invernaderos. Afortunadamente, cada vez más personas y países se están dando cuenta de los peligros de los OGM. Países como China, Rusia, Inglaterra, Alemania y Japón se oponen a ellos.

El único país que utiliza realmente una cantidad extrema de OGM es Estados Unidos. En ese sentido, seguimos teniendo suerte en la UE. Por el momento, la UE ha restringido el uso de OGM. A diferencia de EE. UU., por ejemplo, todavía se pueden obtener productos sin OGM.

¡Simplemente, no comemos de forma saludable!

Cuando hablo con la gente a diario sobre sus hábitos de alimentación, la mayoría piensa que come sano. Pero no es cierto, por desgracia. ¿Comes a veces tacos, muesli, salsas para pasta, tomates, maíz o soja?

Entonces, comes OGM. También estoy a favor de etiquetar correctamente los productos que han sido procesados con OGM. A día de hoy, las verduras casi no contienen vitaminas ni minerales, algo muy necesario al fin y al cabo.

Hace tiempo tuvimos la idea de pulverizar venenos en los cultivos para protegerlos de los hongos y las plagas. Esto elimina la capacidad de los cultivos de protegerse contra esas influencias. Las sustancias que protegen de ellas a las plantas, pero también a nosotros, se llaman salvestroles, los cuales han disminuido drásticamente en los últimos años.

Nuestro cuerpo necesita nutrientes esenciales

Como consumidores, simplemente carecemos de demasiados nutrientes esenciales para gozar de un equilibrio correcto. Todas las células del organismo necesitan sustancias adicionales para funcionar de manera óptima, un suplemento necesario que contrarreste las carencias y contribuya a que los consumidores tengan una vida sana. Creo que debemos ser conscientes de que hay que volver a lo básico, a los buenos micronutrientes.

Somos testigos de los peligros a los que se enfrentan las personas que carecen de elementos esenciales. Porque... ¿cuáles son los valores óptimos que debería tener el cuerpo? La realidad actual es que, como consumidores, tenemos un déficit serio en este aspecto. Lamentablemente, las instituciones sanitarias regulares lo subestiman. En nuestra opinión, el gobierno también tendrá que asumir más el mando en esta materia.

La comida que consumimos a diario ya no es suficiente para obtener los nutrientes óptimos

Porque, aunque pensamos que comemos de forma sana, no es así, como ya he explicado. Nuestra alimentación diaria carece de demasiadas sustancias importantes. En última instancia, en este proceso, los alimentos normales no aportan suficientes vitaminas, lo que conlleva una escasez estructural. El uso de medicamentos también influye negativamente en la absorción de los micronutrientes.

Los micronutrientes, como la vitamina B, son ya mucho menos eficaces cuando se toma un simple antiácido. Este es el caso con casi todos los medicamentos. Sin embargo, los médicos no son muy conscientes de ello. En los Países Bajos, hay cientos de miles de personas que toman estatinas. Esta medicación inhibe la producción de Q10. Muchos problemas musculares y cardíacos pueden estar relacionados con esto.

Hay muchos más ejemplos similares. Mi experiencia en los últimos 35 años es que complementar la alimentación con suplementos dietéticos resulta ventajoso.

Pero tienen que ser los correctos, sustancias que el cuerpo reconozca. En el futuro, ampliaremos cada vez más nuestros conocimientos sobre el efecto de los micronutrientes en el organismo, pero también sobre las deficiencias causadas a largo plazo.

Paul Gebbink, Fundador Beyuna